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¿Cómo mantenerse actualizado en nuestro sector?

¿Cómo mantenerse actualizado en nuestro sector? — José María Puya

Artículo publicado en colaboración con José María Puya Braza, dietista, formador y creador de Alimentología y Alimentología Cruda.

Según un estudio protagonizado por Certideal, los españoles dedicamos, de media, 61 horas semanales a nuestro teléfono móvil. Unos más y otros menos. Podríamos debatir durante horas sobre los perjuicios sociales que conlleva un uso excesivo de cualquier aparato tecnológico, sin embargo, este no es el cometido de este artículo. Hoy voy a ponerme de parte del teléfono para poder relacionarlo con mi profesión.

El cambio en la divulgación

En el sector de la Nutrición y las Ciencias de la Salud en general, estamos viviendo un cambio muy importante que comenzaba hace aproximadamente 7 años. Parece que fue ayer cuando Twitter se convertía en el medio principal del origen de la divulgación científica moderna –siempre refiriéndome al mundo de la nutrición y el ejercicio, ya que ignoro en otros sectores científicos–.

Pocas personas éramos conscientes que los grandes debates que se producían entre 2012-2014 iban a ser el inicio de lo que es hoy la divulgación científica en redes sociales tan potentes como Instagram o YouTube.

Aquellos inicios tuiteros fueron los culpables de que profesionales como Sergio EspinarSergio PeinadoGuillermo Navarrete o Carlos Ríos, sean tan referentes en su campo como lo son ahora. Incluso yo, con una cuenta divulgativa de culturismo, ya empecé en 2012 a rular por el mundillo de la divulgación en redes sociales, y fue la gran culpable de que conociese a tanta gente que hoy es compañera.

Sí, fue una etapa bonita. Una etapa en la que “todo era campo” y los únicos referentes que teníamos eran algunos divulgadores en Twitter. Y cuando todo parecía que Twitter iba a ser la red social de referencia para siempre, en 2015 empezó a flaquear hasta lo que es ahora: un lugar donde debes de medir cualquier carácter de tu tuit si no quieres que te incineren vivo.

Mis primeras fuentes

Twitter, junto a la mítica Ergo-Log, fueron mis primeras fuentes de información científica. Por suerte, siempre he sido una persona curiosa a la que le ha gustado ir más allá. Recuerdo que cuando comencé la universidad, gran parte de mis conocimientos se debían a lo que leía, escribía y debatía en Twitter y blogs. Sí, cuando se leían artículos completos y no existían las infografías.

Supe emplear bien las herramientas que me proporcionaba la época. Desde los 16 años tenía claro que quería dedicarme al mundo de la nutrición. No era tan corriente tenerlo tan claro allá por 2011 y con una edad tan temprana. No sé cómo, pero lo tenía claro, a pesar de que por aquella época la gente me aconsejaba que estudiase “algo con salida de verdad”. Obviamente, no hice caso a nadie porque sé que los alimentos me apasionaban. Y por ello, nunca me conformé con los estudios oficiales.

Para mí era un gusto poder dedicar horas y horas a leer lo que de verdad me gustaba. Y eso me lo daba en ese momento Twitter y los blogs. Era la primera vez que al leer sobre ciencia, no me aburría. Al contrario de la pereza que siempre me producía hablar de ella en el colegio y el instituto.

Sin lugar a dudas, 2012-2014 fueron los años en los que la ciencia se volvió mainstream y algo guay para el sector adolescente y joven. Un sector que, generalmente, veía a la ciencia como algo aburrido y de empollones sin vida social. Además, en estos últimos años, algunos youtubers han llevado la divulgación científica un paso por delante al divulgar de manera sencilla la física, la química, las matemáticas o la astronomía.

Prioridades actuales

Conforme van pasando los años, las obligaciones aumentan en todos los aspectos de la vida. Cada vez se hace más difícil dedicar tu vida únicamente a leer y aprender. Obviamente, con 26 años se tienen más obligaciones que con 18 o 20. Y por ello, mis prioridades han cambiado en muchos sentidos. Sin embargo, es necesario seguir actualizando conocimientos para poder ser mejor profesional.

En mi caso es bastante importante, ya que dedicándome a las formaciones y divulgación, necesito seguir actualizado. Para ello, utilizo las alertas de nuevos estudios científicos alojados en determinados motores de búsqueda como Google Académico, nuevas obras de divulgación científica, blogs, libros de bioquímica y fisiología para recordar y aprender los conceptos fundamentales, y por supuesto, seguir en redes sociales a divulgadores y científicos del sector.

Casi todas estas herramientas que utilizo para mantenerme actualizado, se pueden disfrutar a través del teléfono móvil, aunque haya algunas que recomiendo que sean a través del ordenador o físicamente (libros).

Nunca antes hemos podido acceder a tanta información. Es vital saber filtrarla para que no nos desinforme. Pero una vez podamos controlar esto último, podremos seguir actualizándonos y profesionalizándonos en nuestra amada profesión.

José María Puya Braza

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